Así es como parece que va manejándose el Ayuntamiento de Zaragoza con las últimas sentencias judiciales en su contra. A golpe de timón, soportando la tormenta como navío que desea llegar a puerto. Sin entrar a valorar conceptos jurídicos y negociaciones de contratos, lo cierto es que han sido los jueces quienes han dictado numerosas resoluciones contrarias a los intereses del Ayuntamiento. Desde el 2011 vemos algunas de ellas:

  1. El Ayuntamiento fue condenado por la Audiencia Provincial a pagar 3,5 millones de euros a la sociedad que gestiona el aeropuerto por la promoción del mismo en el año 2011.
  2. Hace poco vimos también como un juez ordenó la inmovilización de 1,3 millones de euros para el pago de las deudas contraidas con la empresa Dornier que gestiona el servicio de grúa en Zaragoza.
  3. Sumarle 1,7 millones de euros por una expropiación de suelos en la zona de Ranillas.
  4. El pago a la DGA de 7,2 millones de euros por las obras del Balcón de San Lázaro.
  5. Otros 3,9 millones de euros a FCC por una deuda con la empresa. Aunque a día de hoy Gimeno manifesta que cree no pagará.
  6. 1,3 millones de euros a Sacyr Marco Ebro por las obras del parking de la Romareda y el entorno de la Plaza Eduardo Ibarra.
  7. Cabe añadir los casi 200.000 mil euros en conceptos de intereses de demora por unas obras en Ranillas y en el Club Náutico.
  8. Y los casi dos millones de euros (1,8 millones) que un juez obligó a abonar a la empresa que gestiona el transporte a los barrios rurales de Zaragoza.
  9. Los 2,1 millones de euros de REMAR. No nos podemos olvidar de nuestra ‘querida’ REMAR.

 

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Lo que hace un total de casi 23 millones de euros en concepto de intereses y obligaciones de pago no realizadas. No haré demagogia, hay que diferenciar entre obligaciones de pago (deudas contraidas con determinadas empresas por determinados servicios) y el pago de intereses de demora. Las deudas contraidas cabe abonarlas siempre. Lo preocupante son los gastos generados por los intereses de demora y gastos judiciales. No hace falta ser un lumbreras para calcular a ojo que varios millones en concepto de intereses se habrán desembolsado. Para ir abriendo boca tenemos los 2,1 millones de euros a REMAR por el abono de las obras realizadas. Los casi 200.000 de las obras del Club Náutico, los intereses de demora por el pago de la deuda con FCC, Dornier y Sacyr Marco Ebro y así hasta completar una lista de deudas que los ciudadanos solo conocemos muy de vez en cuando porque la prensa hace eco de sus informaciones.

En el conocimiento de los gastos generados por el impago de la deuda los ciudadanos de Zaragoza podrán ver cuánto dinero público va a parar a gastos innecesarios en vez de ir destinado a las aceras, calzadas, planes de activación del comercio, planes de ayuda urgente, comedores sociales y una larga lista de tareas pendientes del Ayuntamiento de Zaragoza. Todas estas resoluciones judiciales son frutos de unos presupuestos irreales y negligentes que se llevan produciendo desde hace varios años en Zaragoza. No es ninguna novedad que el Ayuntamiento navegue a golpe de timón, sorpresa tras sorpresa, intentado esquivar la tormenta para llegar a buen puerto antes de Mayo de 2015. El Gobierno que venga después se las tendrá que ver canutas…

Siguen siendo los mismos presupuestos de siempre, cada año mejor maquillados y con mas colorete. Hace falta una política económica seria, realista, conocedora de los problemas de los ciudadanos, que realice un listado de necesidades municipales acorde con unas cantidades presupuestarias reales y que el presupuesto llegue hasta donde tiene que llegar. Lo necesario. Lo innecesario sobra.